MÍA era una gatita siamesa preciosa: con sus ojazos azules profundos y su pelo siempre suave y brillante aun cuando estaba tan enfermita. Increíblemente cariñosa, buena,mimosa,tranquila…cuando la adopté la llamaban la”gata perra” porque era como un perro, siempre junto a su amo. Ella era así, siempre buscaba mi contacto, siempre pendiente de mi. Convivimos juntas las dos solas durante 11 maravillosos años, vivimos 3 mudanzas y se venía de vacaciones siempre allá donde fuese. Para mi ha sido muy duro de estar sanísima sin ningún problema de salud en todos estos años a enfermar terriblemente en solo un mes: el cáncer pudo con ella. Aunque todo el mundo dice q hice todo lo q estuvo en mi mano, siempre te queda la sensación de que podría haber hecho más. La echo mucho de menos, pero siempre la llevaré en mi recuerdo, en mi corazón y a mi nueva casa puesto q llevo sus cenizas.Hasta siempre MIA