Cocker

Cocker y los conejos invisiblesHoy el día está lluvioso y gris pero llevaré a cocker al campo para que corra entre los arbustos. Se le ilumina la cara y con la boca abierta la lengua le cuelga como una corbata. Suele perderse de mi vista, se aleja, explora, olisquea y al cabo de un rato regresa contento de encontrarme, revoloteando alrededor mío entre ladridos de alborozo para seguir jugando a perseguir conejos invisibles, que se ocultan raudos dentro de sus madrigueras excavadas en las laderas de las colinas.En días como hoy, la fina lluvia humedece mi rostro, como lágrimas de gozo.Casa de Campo, Madrid, 22 marzo 2015. Manuel-Jesús Dolz Lago