GRISI

“Cielo, ven. Hay un gatito en la puerta” fueron las primeras palabras de tu papá cuando llegaste a nuestras vidas hace seis años.  Estabas herido, con la piernita lastimada, posiblemente por un atropello.  Te cuidamos, te curamos, te alimentamos y empezamos a amarte. Pero andabas libre y pensamos que posiblemente tenías casa.  Sin embargo, te quedabas a dormir en el porche, y cada vez que te llamábamos “Griiiissiiii”, salías de entre nuestros rosales y fue cuando vimos que tu casa era la nuestra.  Decidimos adoptarte y fue una de las decisiones más acertadas de nuestras vidas.  Te convertiste en nuestro hijito, con tus hermosos ojitos verdes, tu forma de ser tan dulce, tu obediencia, tu nobleza, en apenas unos días ya nuestro corazón era tuyo. Y empezó nuestra historia feliz hasta hace un par de meses, cuando te diagnosticaron la diabetes. Pensábamos que ibas a responder bien al tratamiento, y fue en tan poco tiempo que todo cambió y se complicó. Tu ausencia es muy difícil y dolorosa, Grissy… No puede ser que todo haya cambiado tan de repente, hijito… Nos haces falta, la manada está incompleta… Nos queda la esperanza del día del feliz reencuentro, pero mientras tanto, siempre te extrañaremos, mi amor, mi Grissifur de los Encinares 😪😪😪