Elvis

Una mañana de abril de 2007, la bondad tomó forma y de una gatita llamada Mina nació un precioso gatito que 6 meses después tuve el privilegio de acoger en mi casa. Le llamé Elvis y durante 18 años convirtió mi casa en un hogar. Tenía unos inmensos ojos verdes que iluminaban los días más grises, un sonoro e inconfundible maullido y un pelo suave como la seda. Todo el tiempo buscaba acurrucarse con todos los miembros de la familia, incluso si era visita y no familia, humano o no, siempre se acurrucó con cualquiera que lo aceptara, nunca rechazó una caricia. Fué un ángel, pura bondad.

Ahora ha llegado el día más doloroso, el silencio y el vacío inundan cada estancia, pero tu recuerdo llena mi alma de agradecimiento por estos 18 años de amor.

Mi pequeño Elvis, siempre vivirás en mi, te amo.

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