MEIGO

Meigo, nuestro fiel guardián, insobornable, que el mejor premio que te podíamos dar era la golosina que tu adorabas, un trocito de pan duro.Fuiste un chico fuerte, que soportaste desde tu adolescencia hasta el final un sin fin de enfermedades, que las llevaste con dignidad y siendo muy feliz tumbado a nuestro lado, siempre contento. Eras el jefe de nuestra manada canina, dabas lecciones de guarda y vigilancia a quien llegaba nuevo y ahora en tu ausencia, tus alumnas están haciendo gala de tus enseñanzas.Decidiste que para compensar lo que habíamos sufrido a lo largo de tus 11 años, con todas las malas cosas que te pasaron, te ibas a marchar rápido y así fue, en 24 horas nos dejaste, querido Meigo (osito lusitano como te llamábamos).Muchas gracias, estarás siempre en nuestro corazón y nunca te olvidaremos.