“Tú has estado ahí todos los días durante mucho tiempo. Me despertaba y me iba a la cama sabiendo que estabas ahí y que estarías ahí cuando despertará. Nunca dejaste de saludarme con tu cola llena de emoción y con una adorable sonrisa cuando llegaba a casa. Te extrañaba cada minuto que no estábamos juntos.Hemos sido los mejores amigos desde el día en que nos conocimos, y nuestro vínculo sólo se ha fortalecido a lo largo de los años. Pero, tú ya no podías saltar tan alto como antes, no podías correr tan rápido o no podías nadar como te hubiera gustado. Aún cuando ya no eras capaz de algunas cosas, aún eras el perrito más feliz del mundo y seguías intento hacerme feliz.Entonces llegó ese día, ese terrible, terrible día. El día en que tomaste tu último aliento, Ese día que tuve que llevar al mejor amigo que había conocido. Tan triste fue ese momento, aún lo estoy, pero estoy en paz.Estoy en paz por que sé que estas en mejor lugar. Sé que tan pronto como diste tu último aliento, Dios se llevó tu alma bella e inocente al cielo. Sé que ya te ganaste tus pequeñas alas peludas, que te las mereces con todas las de la ley, estoy orgullosa de ser capaz de amar a un ángel tan sorprendente como tú.Estoy aquí en la Tierra y no sé cómo te las estás pasando en el cielo, pero confío que realmente lo estés disfrutando. Espero que corras por hermosos prados y cielos perfectamente azules.Espero que hayas conocido a nuestros familiares y que te den un sinfín de delicias, que acaricien tu barriga, ya que yo, desafortunadamente, no puedoEspero que todo el dolor y que el sufrimiento hayan desaparecido, que hayas recuperado la juventud que siempre quise que conservarás. A pesar de que ya no estamos juntos físicamente, siempre permanecerás en mi corazón y en mi alma.Fuiste una bendición enviada desde el cielo, y ahora, Dios te necesita de nuevo.Gracias por completar y por enseñarme cosas importantes, lecciones de vida que voy a llevar conmigo donde quiera que yo este, hasta que nos encontremos de nuevo.Te amo, mi ángel de la guarda!”