PORTO
Querido Porto, ha pasado un año desde que te fuiste, y hasta ahora no he sido capaz de escribirte este homenaje. Supe que me elegiste tú, y desde que te adopté fuiste la luz y alegría de la casa. Con carácter despierto, alegre y vehemente… tus muchas ganas de vivir intensamente nos arrastraban a tu familia humana, a tu mamá perruna Nöelle y luego a tu hermanita perruna Guaya. Eras especial y apasionado; vigilabas a los vecinos subiéndote a lo alto del muro; pasabas largo tiempo mirando a la luna en el jardín… y ocupabas los mejores sofás en nuestra compañía , porque, eso sí , te gustaba compartir. Finalmente, apuraste en “extremis” la vida, saltando graves enfermedades, hasta que, ya rendido, tus ojos se despedían de nosotros. Te quisimos intensamente y nunca te olvidaremos. Hasta siempre” amor”.