Rayo era; es un maravilloso ser lleno de inocencia. Tuvo en su vida un episodio malo de abandono, pero la suerte nos hizo cruzarnos en su vida para encontrarnos con él, disfrutar de su bondad, de su alegría, de su enorme vitalidad. Es un ser lleno de ternura, que la suerte hizo que no le arrebataran su «colita» con la que nos demostraba su estado de ánimo, siempre contento. Enloquecía al oír la palabra «campito», pues era algo irrefrenable para él.La tristeza nos embarga, pues un perro ocupa muy poco espacio pero cuando se marcha, deja un vacío infinito. Siempre te querremos Rayo y te llevaremos en nuestros corazones. Que Dios te bendiga por todo lo que nos has regalado sin pedir NADA a cambio.