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SIMBA

Pequeñaja, llegaste a nuestras vidas sin buscarte, tu nos encontraste. Eras una bolita de peluche cien por cien achuchable. Durante 15 años y 4 meses has formado parte de nuestras vidas. Nos has acompañado en todo momento y has conseguido que la alegría inundara nuestras vidas. Tu dulzura, tu cariño, tu fidelidad, tu amor nos ha dejado una huella imborrable en nuestros corazones y tu marcha un vacío muy difícil de llenar. Sabias dirigir nuestras vidas con «tus rutinas» y que, de esta manera nos olvidáramos de las dificultades de la vida. Todavía puedo ver tu carita sonriente, tu «boquita de piñón», tu lengüecita sonrosada…, se me rompe el corazón sólo de pensar que no volveré a verte, que no volveré a sentir tu cabecita apoyada en mi pierna. De ahora en adelante, todo será un poco más difícil sin tu compañía. Por favor chiquitina, espéranos porque volveremos a estar otra vez juntitos y volveremos a llenar nuestros corazones con tu amor y con tu alegría. Descansa y volveremos a jugar a «quitarte la piedrecita» y a darte «tu palito» por la noche.
Un achuchón muy fuerte para nuestra Simbita…
Fernando y Ana.

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