Chispa

Chispa, mi perrina. Te has ido, pero aún no era tu momento. Nos dejas con el corazón desgarrado y la sensación que te quedaba mucho por disfrutar. Gracias por dedicarnos tu vida y apoyarnos en los momentos difíciles. Solo tú sabes el bien que nos has hecho. Ahora descansa allá donde estés. No estás sola, vives en nosotros. Espera tranquila que volveremos a encontrarnos y podrás recibirnos como cualquier día con tu desbordante alegría. Y luego, juntos para siempre. Te echamos mucho de menos, mucho.