Duque

Gracias Duque. Gracias por tanto. Gracias por tu amor, tu cariño y por estar a mi lado todos estos años. Gracias por darme con tu naricita en la mano en los momentos más bajos como diciendo – “Eh, tú! Espabila y tira pá lante” gracias por tu ladrido característico que anunciaba que querías jugar. Gracias por tus gruñidos cuando te echaba la bronca y te ibas a tu cama mascullando y refunfuñando. Gracias por tus abrazos, tus miradas y tus lamidos. Gracias enano por haber estado siempre ahí, en las buenas y en las malas. Gracias por todas esas conversaciones que hemos tenido en las que me escuchabas sentado con tu mirada. Gracias por haberme hecho tan feliz y mejor persona. Gracias por ser mi mejor amigo, hermano y compañero de fatigas. Yo sin embargo te pido perdón. Perdón Duque por regañarte. Perdón por no haber pasado más tiempo contigo. Perdón por no haber estado a la altura como lo has estado tú. Hoy te marchaste y los has hecho en mis brazos. Mi vida, te quiero, te querré y te recordaré cada día el resto de mi vida. Descansa en paz pequeño porque te tendré cada día en mi mente y en mi corazón. Te quiero Duque. Gracias por dejarme formar parte de tu manada. Espero haberte dado una buena vida.

Volvería a vivir infinitas vidas contigo.