JACKY
Mi chico, mi Jacky.
Te has ido muy pronto, dos ladridos de madrugada y dejaste de respirar. Qué injusto y cuanto dolor. Cuanto amor y compañía nos has dado, incluso en los peores momentos de nuestra vida.
En el barrio, te llamaban el “El perro feliz”, todos te conocían y corrías siempre a saludarles. Cuantos paseos, cuanto has jugado con la pelota y como eras incansable, llegabas a casa y nos traías todos lo juguetes para seguir jugando.
Has sido bueno hasta en el momento de irte, y aunque nos has dejado destrozados, tus cenizas estarán siempre junto a nosotros cuando ya no estemos aquí, así lo hemos decidido.
Y daremos un paseo eterno todos juntos. ¡Qué felicidad!, mi chico, mi pequeñín, mi chiquitito, mi Jacky.
Tú mami Isabel y tus yayos Pedro y Gemma, te querrán siempre.