Llegaste a nuestra familia inesperadamente, pero sabemos que un mago nunca llega tarde ni pronto, llega exactamente cuando se lo propone.
Gracias por compartir tanta energía y alegría durante diecisiete años, nunca sabremos cómo un corazón tan pequeño albergaba tanto de todas esas cosas que no se pueden expresar con palabras.
Te echamos de menos cada día, pero cuando crezca tu árbol buscaremos su sombra, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.