MANDELA

Un ser de luz, bonachón, cariñoso y sanador con tu característico ronroneo. Te fuiste de nuestras vidas y dejaste un pequeño vacío difícil de tapar. El cuarteto que éramos se iba rompiendo, pero no nuestras almas. Allá donde estés enrosca tu larga cola para arropar a quien esté desanimado y alegra las almas como hacías aquí. Te quiero Mandela.