SUKI
Sukita, tu espíritu zen inunda toda la casa, tan salvaje de aspecto pero todo corazón y amor. Vamos a extrañar tus saludos en la entrada, tus lametones y sobre todo la comprensión que nos ofrecías en nuestros días de bajón. Muchas gracias por enseñarnos que se puede vivir a otro ritmo y gracias por abrir tu gran corazón a quién ha querido compartir momentos de su vida en nuestro hogar.
El gato-perro por antonomasia que jamás se dejaba alterar por los demás miembros gatunos de la familia, sin importar cuánto le bufasen.
Siempre vas a ser mi favorita, Sukuleta, por ser la más tranquila y la más amorosa.
Fuiste una bebé super cariñosa y tierna, y con el carácter de tu madre. Ahora la haces compañía .