Vilma

Porque tu vida fue una llama tan intensa se tuvo que apagar demasiado pronto, pero iluminaste la mía como la luz del día y daría lo que fuera por volver a poder abrazarte y verte jugar y correr por los pasillos. Ahora, por desgracia, la leucemia te ha llevado y solo puedo recordarte y echarte de menos cada día. Espero haberte hecho tan feliz como tu me hiciste a mí. Te querré siempre.