WISKI

Mi vida, mi amor, mi wiskito… estoy triste porque ya no te puedo tocar, porque ya no te puedo ver, no te puedo oler. Tus hermanos peludos, Lola y Dante, te buscan para que juegues a la pelota con ellos, para que corras detrás de ellos y les mordisquees las patitas, para que les lamas las orejas y el morrete. Te buscan y no te pueden ver. Te has ido tan rápido, mi vida. Has estado muy poco tiempo con nosotros, hemos sido muy felices contigo, con tus ganas de vivir, tus lametones, mordisco, movimiento de rabito, y sobre todo por esa manera de pasear entre tus dos hermanos peludos, tan chulillo. No se describir el desgarro que tu papa Moisés y yo sentimos en nuestros corazones, no poder pasar el resto de nuestras vidas contigo, es muy triste y doloroso. Te quiero como quiero a mis padres, como quiero a mis hermanos, a mis sobrinos, a mi Moisés. Mi baby, mi Wiskito, te quiero con toda mi alma y me acordaré de ti toda mi vida. Siento no poder estar contigo ahora, siento la manera en la que te has marchado, no encuentro consuelo alguno. Te pido perdón por no poder darte más besitos, por no poder tenerte más entre mis brazos por la noche, por no poder escuchar tu respiración… perdóname mi vida. Te pido permiso y te doy las gracias también, porque con tú partida, vas a dar paso a otro pequeño/a perrete que vendrá a nuestro hogar, a tú hogar.  Nunca podrá ocupar tu sitio en nuestros corazones, ya que eres único mi wiskito, pero podré darle besitos y acariciar su cuerpecito, pensando en ti también. Gracias mi pequeño por darnos estos meses de felicidad a tus hermanitos peludos y a tus dos papas. Te quiero para siempre mi pequeño ángel, mi pequeño wiskito. Tus papas humanos Moisés y Alberto.