Cuando me pidieron que te cuidara por unos días, jamás me imaginé que te quedarías conmigo hasta el final pero solo tardé una semana en enamorarme de tí. Fuiste mi primera perrita y eras tan buena, tan obediente, tan lista, tan cariñosa que es imposible no echarte de menos ahora que ya no estás. Me acuerdo de tí todos los días y desgraciadamente no soy capaz de olvidar el día que te dije adios que siempre será el peor de mi vida. Espero que con el tiempo solo me queden los buenos recuerdos y sea capaz de pensar en tí sin este dolor que ahora me ahoga. Ojalá hubiera podido hacer algo más por tí, no te merecías irte así pero tampoco tenías que seguir sufriendo. Solo me queda desear que estés bien, que seas feliz allí dónde estés y volverte a ver más allá del arco iris.
Mi gordita guapa, mi xiquitina… Siempre te querré y nunca te olvidaré. La mejor perrita del mundo.