KIA
Kía llego a nuestras vidas en Mayo de 2006 (nació el 15 de abril), fue toda una explosión de alegría. Menudo torbellino. Era una bolita chiquitita que moría por las croquetas. Entro en casa para que la cuidáramos durante cuatro días y ya no salió, nos enamoramos de ella desde el instante uno. Nos cautivó. Fue una perra llena de energía, alegre, trasto…, ha sido nuestra perrita. Nos ha ensañado lo que es la verdadera fidelidad, lo que es dar amor sin pedir nada a cambio, nos ha defendido y ha sido nuestra compañera hasta el último instante. Ha sido nuestra terapeuta, entrabas en casa y allí estaba ella con su juguete en la boca, lloraba de alegría. Sabía perfectamente qué podía hacer con cada persona, sabía que a la abuela no se la podía subir al llegar a casa porque se caía; a la tía Maribel no se acercaba porque sabía que tenía miedo a los perros, pero ella, muy sutilmente, se tumbaba al lado de sus pies y la miraba como diciéndola “que no te voy a hacer nada”, así se la gano. Mientras sus patas traseras se lo permitieron, por las noches se subía al regazo de su amito para que la acariciara. Cotilla, la que más, se metía entre los visillos y se ponía de pie en la ventana a ver qué pasaba por la calle. Era delicada de estómago pero ha hecho de las suyas: que deliciosos estaban los canelones que robó, los sandwiches de jamón que desaparecieron, el jamón que empezó (por más que se le lavaba el hocico seguía oliendo a jamón)…, que gran manjar sus picos, no terminábamos una comida sin que ella se comiera sus correspondientes picos. No le gustaban los niños, no les hacía nada pero ella los eludía. No le gustaban las fotos, ni los videos, ni que nos separáramos, era una perrita cuidadora de su manada. Ha sido nuestra guía en los caminos. Los últimos meses han sido delicados para ella, pero seguía resintiéndose a marchar. Ha sido una perrita muy mimada y siempre, siempre estará con nosotros. Nos ha regalado 15 años y casi 8 meses de amor.
Hasta siempre mi Kia.
7 de Diciembre de 2021.