Rubi

Querida Rubi, hace semana y media que te fuiste, demasiado rápido, casi sin avisar. A pesar que eras mayor no pensábamos que nos íbamos a despedir de ti de forma tan inminente. Te tengo que dar las gracias, gracias por existir, por llegar a mi vida de pura casualidad. La gente me decía la  suerte  que habías tenido de haberte encontrado conmigo cuando estabas abandonada en el campo y te rescaté, yo siempre les contestaba que la suerte la había tenido yo. No has podido ser más buena, más noble con nosotros y con tus hermanitos peludos, no has podido ser mejor. Has dejado un vacío muy grande en todos nosotros  pero a pesar que escribo con lagrimas en los ojos por tu reciente pérdida, siempre te vamos a recordar con alegría, por lo feliz que fuiste con nosotros y nosotros contigo, por tu rebeldía, por tu glotonería, por tu cabecita en nuestro regazo y tus incansables sesiones de  de besos. Has sido irrepetible y has dejado en nosotros un huella que nunca se borrará. Te querremos siempre.