PIPO
Tosi, Cosi, Pipín o Pipo, como cada uno te llamábamos, ya no sales a recibirnos al llegar a casa, ni al madrugar y pensar que estás ahí en la cocina esperando tus galleta diaria. Llaman al timbre y nadie ladra, un ladrido que se echa mucho de menos y que recordamos en nuestros corazones. No he visto perro más simpático y educado, salías a recibir a las personas como si fueran de tu propia familia, te hacías querer sólo con ponerte de pie, que te faltaba unas palmas para bailar a dos patas. Seguro estamos que nos agradeces desde el cielo lo bien que te hemos cuidado hasta el final, sabiendo que no tenías que sufrir nada en cuanto la enfermedad que padecías avanzase. Nos vas a echar de menos tanto a nosotros como nosotros a ti. Eras especial y cariñoso como ningún perro. Siempre estarás en nuestros corazones, en el de Marina, Marcos papa y mama. Eres todo un campeón y lo has demostrado con tu fortaleza y superando todo. Te queremos y recordaremos siempre con mucho amor.