Rocco

El vacío infinito que has dejado en mi pecho no puede llenarse con nada, hay días muy duros sin ti, fuiste y serás siempre único y muy especial. No imaginas lo que echo de menos nuestras siestas haciendo la cucharita (a veces aún te busco y lo seguiré haciendo), siempre estabas para mí, cuando más te necesitaba, siempre conmigo, mi sombra... Ojalá hubieras podido vivir 18 años mínimo más. Sé que tú querías seguir a nuestro lado, te aferrabas a la vida, me regalaste muchos minutos de felicidad y yo intenté acompañarte hasta el final de la mejor manera posible, ya no soportaba verte sufrir más. No sé si todo habría sido diferente de otra manera, estabas muy malito, siempre quisimos lo mejor para ti. Espero que estés en un buen lugar, echándote siestorros, comiendo todo lo que quieras. Hazle un poco de compañía a Félix, también fue un muy buen chico y espéranos pequeño Roquete para cuando volvamos a vernos, yo siempre seguiré pensando en ti cada día, echándote de menos y recordándote por ser el regalo más bonito de mi vida. Dice papi que te va a hacer un dado-ouija para que puedas comunicarte con nosotros. Rasputina te echa mucho de menos.

TE QUEREMOS


Félix

Fueron solo 134 días, suficientes para llegarnos tan hondo, insuficientes para hacerte lo feliz que merecías. Nos supieron a poco, querríamos haberte dado más de todo. A pesar de todas las enfermedades que tenías conseguiste sacar un poco de tiempo para jugar, para ver la tele y para cazar serpientes de ojos rojos. Pero intentamos quedarnos con lo bueno, a pesar del vacío que has dejado. Echo de menos tu carita y tu carácter bonachón, glotón. Verte jugar era lo que más feliz me hacía, tú estabas alegre, yo sonreía. Siempre estarás en nuestros corazones, jamás te vamos a olvidar. Al final te libraste de ser peinado como un león. Espéranos pequeño Félix.

TE QUEREMOS