Tizón
Querido Tizón, no te haces una pequeñísima idea de lo muchísimo que te vamos a echar de menos. Fuistes, eres y serás de lo más importante que hemos tenido. Siempre recordaremos cuando íbamos al veterinario en brazos mientras te apoyabas en el hombro y mirabas al sol. Cuando oías los huevos cascar e ibas corriendo pensando que había carne picada y evidentemente te íbamos a dar un poco. Cuando nos dabas cabezazos para echarte encima nuestra, o cuando nos mordías las piernas para que te pusiéramos comida.
Los últimos tres meses sufriste muchísimo pero también estuviste entre la gente que tantísimo que amó desde aquel día que te recogimos de la calle debajo de coche mientras llorabas.
Después de tanto sufrimiento y tanta lucha, ya puedes descansar. En parte me consuela y en parte me entristece porque jamás podré volver a besarte ni a abrazarte.
Ahora descansas con tu hermano Toulousse, por fin volvéis a estar juntos.
Te amé, te amo y te amaré, gordito.